Vinos de Granada

  • Altiplano Sierra Nevada

    Altiplano-Norte de Sierra Nevada. Vive sus vinos de altura La zona vitivinícola del Altiplano y Norte de Sierra Nevada (en las comarcas de Baza, Huéscar y Guadix) es una de las más importantes por volumen y calidad en Granada. Sus bodegas han pasado en pocos años de una tradición vinícola de siglos a los puestos más destacados en los concursos y mercados internacionales. Sus vinos de altura (entre los más altos de Europa) no te dejarán indiferente. Vívelos en todos los sentidos.
  • Contraviesa-Alpujarra

    Contraviesa-Alpujarra, vinos de altura entre el mar y el cielo Entre la cara sur de Sierra Nevada (Alpujarra) y el mediterráneo, se encuentra la sierra de la Contraviesa y su zona vitivinícola “Cumbres del Guadalfeo”. Una comarca beneficiada por un microclima con vientos húmedos del mediterráneo y un terroir seco y de esquistos con viñedos de altura que llegan hasta los 1.300 mt. de altitud en las pronunciadas laderas de la Alpujarra-Contraviesa. Descubre sus vinos de autor y de altura.
  • Genil y Costa

    Laderas del Genil, vinos de vega y mediterráneos Incluye a los vinos de la sur-oeste, comprendidos entre la vega del río Geníl y la costa mediterránea. Es la comarca más extensa y diversa, con cultivos en pronunciadas laderas frente al Mediterráneo y de interior, con influencia de clima continental.
  • DO Granada

    Tras un proceso de adaptación tecnológica llevado a cabo en los últimos años, y sin perder de vista las múltiples particularidades del territorio vitivinícola granadino, los vinos DO Granada han sido capaces de copar un importante hueco en los vinos de calidad con gran acogida entre el cliente nacional e internacional. En la actualidad Granada cuenta con más de 70 bodegas, mayoritariamente familiares y minifundistas, que cultivan 5.500 hectáreas de viñedos y producen entre 30 y 40 millones de kilos de uva al año. La riqueza y potencial de sus comarcas vitivinícolas, con viñedos a más de 1000 metros de altitud, una gran amplitud térmica y las más de 3 mil horas de sol al año; junto a la recuperación de variedades autóctonas como la vigiriega o Jaén blanca, y la perfecta adaptación de variedades nobles, ha dado como resultado vinos de gran personalidad y autenticidad.

 

 

 

 

 

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